03 Ene Tendencias en telecomunicaciones 2025: Lo que marcará el ritmo del sector
La industria tecnológica afronta un apasionante nuevo año. Y lo hace vadeando aún la onda expansiva que ha supuesto la irrupción y el desarrollo constante, entre otras, de la IA generativa en los últimos meses. En un sector que no deja de evolucionar en ningún momento, la inteligencia artificial se posiciona como un vertebrador y un catalizador para otras innovaciones relacionadas directa e indirectamente con las telecomunicaciones. SI hablamos de tendencias para 2025, sin duda la IA protagonizará muchas de ellas. Aunque es probable que no esté sola en el camino.
La automatización experimentará un buen impulso
La automatización como nueva óptica con la que aproximarse a procesos, trabajos e industrias se verá beneficiada en un futuro cercano. Precisamente por la incidencia de desarrollos basados en inteligencia artificial cada vez más precisos y perfeccionados. El análisis masivo de datos hará posible una gestión inteligente de redes mucho más eficiente, así como distintas experiencias de usuario con un nivel de personalización que hasta ahora era costoso de alcanzar. La atención al usuario apoyándose en modelos predictivos es probable que también experimente buenos momentos
También podremos ser testigos de un sector de las telecomunicaciones que saque partido del machine learning o aprendizaje automatizado. Combinado con modelos de análisis de lenguaje progresivamente más complejos, hará que la detección de potenciales problemas en situaciones y procesos complejos, incluso antes de que se produzcan, sea mucho más fácil. Algo que también supondrá un buen complemento en áreas como la ciberseguridad: la anticipación ante ataques complejos y el análisis y descubrimiento de patrones serán un campo abierto para experimentar y mejorar.
El edge computing empezará a descollar con más fuerza
Otra de las tendencias que se verá reforzada, respecto de su camino reciente, será el de la computación descentralizada o edge computing. Gracias a que las telecomunicaciones permiten hoy en día una latencia progresivamente menor, junto a una capacidad de datos cada día más considerable —algo que no dejará de suceder en 2025― podremos comenzar a experimentar, de verdad, los beneficios de un procesado de información ubicado cerca de los centros o puntos de origen de esa información.
¿Por qué es importante esto? Porque muchas tecnologías necesitan esta proximidad, ya que necesitan responder a una elevada demanda de computación de big data en tiempo real a situaciones que pueden cambiar drásticamente: hablamos, por ejemplo, de entornos como los de la realidad aumentada, el IoT o la infraestructura de computación necesaria para una conducción autónoma de vehículos que resulte funcional. Por no hablar de otros beneficios, como la descongestión de muchas redes que ya comienzan a notar la fatiga por el gran volumen de datos que manejan, o el incremento en los grados de estabilidad y velocidad de esas mismas redes. Música para los oídos de muchos responsables de grandes centros de datos.
La sostenibilidad no será otra de las tendencias, sin más
Al hablar de centros de datos no podemos dejar de citar el consumo energético y la sostenibilidad ambiental asociados con ellos. Ya no se puede soslayar el debate sobre el cambio climático y el calentamiento global: es una realidad que hay que acometer y las empresas del sector de las telecomunicaciones tomarán —deben hacerlo— un papel activo y comprometido en el desarrollo de redes, protocolos, dispositivos y procesos que consuman menos, que generen una huella energética menor y que avancen lo más rápido posible hacia la eco responsabilidad.
Más allá de los beneficios a corto plazo y en el terreno de la reputación que puedan reportar estas políticas de sostenibilidad, hablamos de una mayor toma de conciencia del papel que las empresas de telecomunicaciones tienen en nuestra sociedad. Más que una tendencia podríamos hablar de un «despertar» hacia la función que la tecnología quiere tener en nuestro futuro cercano y de la posición de liderazgo «desde el ejemplo» que los actores de la industria tienen que ejercer.
No podemos anticipar cambios drásticos para el próximo año o desarrollos enormemente disruptivos en 2025, pero sí un consistente, progresivo y sólido avance en muchas áreas clave, como las expuestas aquí, además de otras como el 5G y el 6G. El año que estrenamos transitará en la senda de la hiperconectividad, pero también en la de una mejor y más profunda relación con la tecnología por parte de sus usuarios.