Operadores neutros y 5G: un tándem para el éxito de las telecomunicaciones

La implantación definitiva de tecnologías de quinta generación – o tecnología 5G – en las comunicaciones es inminente. Así como la expansión masiva de la infraestructura que necesitará para afianzar y generalizar su uso entre la población. Tanto los operadores neutros como lyntia, como los principales actores del sector mayorista de telecomunicaciones llevan años preparándose para este momento. Y lo han hecho a pesar del elevado coste que la expansión de esta red supone para estos últimos.

 

Ya en 2018, la subasta pública de la frecuencia de los 3,5 Ghz implicó una inversión total de 437 millones de euros de manera directa, cifra que puede alcanzar los 1.400 millones en el pago de tasas y mantenimiento durante los 20 años de la licitación. El segundo dividendo digital y la liberación de la frecuencia de los 700 Mhz supondrá un segundo e importante desembolso en el primer trimestre de 2021.

 

Esta apertura estaba prevista para mayo de 2020, pero se ha visto modificada por la crisis del COVID-19 dando un poco más de margen al sector. Sin embargo, el propio contexto de la pandemia ha obligado a acelerar muchos planes de desarrollo estratégico de los mayoristas de telecomunicaciones españoles.

 

Tanto la realidad a corto plazo como la nueva normalidad post COVID-19 elevará el listón de exigencia para las operadoras, así como acortará sus plazos para actuar. El nuevo protagonismo del teletrabajo, la generalización del comercio electrónico y muchos nuevos hábitos de consumo digital las obligarán a ofertar al usuario final un ancho de banda holgado, además de estabilidad, seguridad y velocidad como nunca antes.

 

La inversión no es el único reto en el 5G

Aunque es importante, el desembolso económico que implica la tecnología 5G no es la única preocupación para los actores del sector de las telecomunicaciones. La implantación de la misma está asociada al desarrollo efectivo de algunos aspectos vertebradores del concepto de smart city: seguridad en la nube, conectividad universal, software inteligente, movilidad, gestión de residuos o planificación urbana con inteligencia artificial, por citar sólo algunos. Las ciudades inteligentes son aún un mercado en desarrollo y evolución de futuro incierto.

 

Está aún por ver si todas las administraciones serán capaces de entender, aceptar y afrontar los desafíos que supone este importante cambio de modelo. Y si las propias operadoras de telecomunicaciones están dispuestas también a lanzarse a un futuro en el que la colaboración será imprescindible. Según el informe del Observatorio Nacional 5G  (ON5G) ‘Ciudades 5G: un futuro inteligente’ «la planificación, despliegue y operaciones de una ciudad inteligente requieren un amplio abanico de conocimientos, desde la red hasta el software de análisis de datos, pasando por el diseño de la red de nube o de edge. Difícilmente un único contratista o un único ente municipal contará con una gama tan amplia de competencias».

 

Los operadores neutros como agentes del cambio

Se dibuja, por tanto, un futuro en el que la colaboración es imprescindible. Y los operadores neutros serán un buen tablón al que aferrarse para superar la tormenta. De hecho, ya lo son en el momento actual, cuando las necesidades de inversión son muy elevadas. Y mucho más si se tiene en cuenta que en los primeros momentos de implantación de la tecnología 5G existirá mayor cobertura, velocidad y capacidad de conexión. Pero también un importantísimo pico en el consumo de datos por parte de usuarios y empresas, lo que a su vez requiere de una sólida infraestructura de red en manos de las prestadoras de servicios.

 

Esta «pescadilla que se muerde la cola» puede elevar considerablemente los costes para las empresas de telecomunicaciones, que afrontan inversiones bastante altas en la fase de desarrollo estratégico actual. El portal Mobile World Live ha elaborado un informe titulado ‘Acelerando el 5G con espectro compartido’ y en él asegura que para una forma de despliegue tradicional, como fue la del 4G en su momento, los niveles requeridos de inversión serán prohibitivos e insostenibles. Por ello los operadores deberán apoyarse en nuevas arquitecturas de red, así como en un proceso de virtualización ejecutado sobre software que facilite el desarrollo.

 

Los operadores neutros son los propiciadores de ese cambio, los socios perfectos para el nuevo escenario y un recurso esencial para que esos costes no sean tan prohibitivos como a priori podría pensarse. lyntia es un “carrier de carriers” neutral para operadores locales e internacionales, lo que garantiza que pueda depositarse toda la confianza, ofreciendo cobertura a través una red propia de fibra óptica de última generación. Como operador neutro tiene como objetivo dinamizar el mercado, fomentar la competencia y ayudar a los operadores a afrontar los retos de optimización de inversiones.

 

La inversión será elevada en las primeras fases de la implantación de la tecnología 5G, es algo innegable. Por eso, cada oportunidad de colaboración y ahorro – como la que ofrece la infraestructura y el apoyo técnico de operadores neutros como lyntia – puede suponer una ventaja competitiva importante para los operadores de telecomunicaciones y un ingrediente imprescindible para hablar de éxito a corto y medio plazo.



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