28 Jul Los centros de datos españoles son líderes en eficiencia energética
La evolución tecnológica y las estrategias de transición digital están generando una alta demanda de nodos de conexión e infraestructuras para almacenar y gestionar grandes cantidades de datos. Sucede igual con la informática en la nube y la inteligencia artificial. Por este motivo el mercado de los data center vive un gran momento: son un aliado imprescindible en todos estos procesos. El mercado español está liderando este sector a nivel europeo. En gran parte porque está prestando especial atención a un factor diferenciador, como es la eficiencia energética.
¿Qué sucede en el interior de un data center?
Un data center no es otra cosa que una instalación física en la que se almacenan un conjunto de servidores que almacenan información sensible o crítica, bien del sector privado o de carácter público. Los centros de datos, además de los racks o espacios para instalar y conectar los servidores en cuestión deben tener en cuenta diversos aspectos o servicios para garantizar la integridad de la instalación y aportar valor:
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- Seguridad física: Medidas que garanticen la inviolabilidad del centro de datos como inmueble, es decir, evitando accesos no autorizados o manipulación física de los servidores por parte de terceros.
- Seguridad lógica: O todas aquellas aplicaciones y contramedidas que garanticen la ciberseguridad de los datos, propiamente; esto implica cortafuegos, antivirus, sistemas contra ataques DDOS, anti hacking, etc.
- Conectividad: Que se deriva del hardware de conexión a disposición. Hablamos de sistemas de red con solidez, capacidad, baja latencia, rendimiento o eficiencia de transmisión, por ejemplo.
- Energía: Un data center alberga una gran cantidad de equipos que, tanto de manera individual como en conjunto consume una cantidad respetable de energía.
- Refrigeración: Cuando varios equipos tan demandantes, como pueden ser los servidores, funcionan simultáneamente la temperatura aumenta lo que es negativo, tanto para la eficiencia del data center como para la funcionalidad de los equipos conectados en él.
¿Por qué la eficiencia energética resulta clave?
Cualquier data center es imprescindible para la gestión eficiente de la información pero todos ellos son un foco importante de consumo de energía. De hecho los data center son los responsables del 3 % del gasto energético mundial y la previsión es que alcance el 4 % para 2030. Actualmente hay una enorme conciencia de la necesidad de equilibrar funcionalidad, productividad y responsabilidad energética. Según el primer Estudio Nacional de Sostenibilidad en Infraestructuras Tecnológicas, elaborado por Data Centre World y la Asociación Española de Data Centers, Spain DC, los data centers en España han implementado diversas medidas para mejorar su eficiencia energética: tecnologías avanzadas de enfriamiento, uso de equipamiento con una mejor eficiencia energética y gestión inteligente y automatizada de consumos y ahorros de energía. Según el citado estudio, el 55 % de las empresas encuestadas en el mismo —más de 300, incluyendo las principales tecnológicas del país— ya funcionan con energías renovables certificadas, algo que se sitúa por encima de la media europea.
España, a la cabeza en eficiencia energética de sus data center
El director ejecutivo de Spain DC, Manuel Giménez, aseguró recientemente que en España «los data centers son nativos sostenibles». Según Giménez, el hecho de que en nuestro país la industria digital se desarrollara un poco más tarde que en Estados Unidos y el norte de Europa «ha supuesto que nuestras instalaciones estén a la vanguardia mundial a nivel de eficiencia energética, innovación y uso responsable de los recursos naturales».
De cara al futuro, con el fin de mejorar aún más la eficiencia, muchas empresas están mirando hacia la energía nuclear, que se considera eficiente, limpia y con un coste ajustado. De hecho, el 70 % de las organizaciones encuestadas la consideran una oportunidad de mercado interesante. No obstante, el acceso a esta fuente de energía es complejo y caro de implementar desde cero: solo un 47 % de las empresas interesadas tienen un acceso efectivo a la misma, por lo que podría ser uno de los retos de futuro a afrontar.