Las tecnologías de telecomunicaciones ayudan a cerrar la brecha digital

La conectividad y las telecomunicaciones se han convertido en una absoluta necesidad para un buen desarrollo social, económico e incluso educativo y cognitivo. Por eso es tan importante hacer desaparecer cuanto antes la brecha digital que representa la desigualdad en el acceso a estas tecnologías y a sus aplicaciones para amplios sectores de la sociedad: tanto aquellas zonas de corte rural como las que cuentan con menos capacidad económica y recursos para invertir en esta parcela. 

 

Afortunadamente, los avances en tecnologías de telecomunicaciones, como las redes 5G, el internet satelital y la fibra óptica, representan una esperanza para el extremo más débil de la «cuerda» que es la brecha digital. Estas innovaciones están acercando la conectividad a lugares remotos, ayudando a cerrar la brecha digital y brindando nuevas oportunidades para millones de personas. 

 

 

Comunicación móvil en su máxima expresión. Y más rápido que nunca

 El despliegue de la tecnología 5G representa un buen «meneo» al avispero tecnológico y a la manera en la que nos comunicamos entre nosotros. Sus principales ventajas incluyen velocidades ultrarrápidas, baja latencia y capacidad para soportar una densidad elevada de dispositivos conectados. Aunque inicialmente esta tecnología se implementó en zonas urbanas, ya está teniendo presencia en áreas del ámbito rural, más remotas respecto de las ciudades, donde más pueden aprovechar sus beneficios. 

 

Un ejemplo destacado fue entre 2018 y 2020 el programa 5G Rural First en el Reino Unido, que buscaba demostrar cómo el 5G podía beneficiar a comunidades rurales mediante aplicaciones como la agricultura de precisión y la telemedicina. Este tipo de proyectos no solo mejora la calidad de vida en áreas remotas, sino que también impulsa la productividad económica local. 

 

Un programa parecido de España, actualmente en funcionamiento, es el UNICO Redes Activas. Forma parte del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno y tiene como objetivo acelerar el despliegue de la tecnología 5G en municipios pequeños y zonas rurales que carecen de cobertura móvil adecuada. 

 

Internet por satélite allí donde no llegan las redes terrestres

El internet satelital ha emergido como una solución clave para zonas donde las redes terrestres son inviables o demasiado caras de implementar. A través de satélites de órbita baja, esta tecnología ofrece acceso a internet en áreas montañosas, islas y regiones aisladas. 

 

Proyectos como Starlink, de SpaceX, están liderando este cambio. Con una constelación de miles de satélites, Starlink proporciona conectividad en lugares donde antes no existía acceso a internet. Por ejemplo, comunidades remotas en Alaska y regiones de América Latina ya están utilizando esta tecnología para acceder a educación en línea, telemedicina y servicios digitales esenciales. En muchos pueblos españoles, donde el acceso a una buena comunicación telefónica y de Internet era una reivindicación histórica, el satélite está modificando el escenario. 

 

La incapacidad para desarrollar un proyecto de vida gracias al trabajo remoto —debido a la ausencia de conectividad o a su calidad pésima— ha dado paso a pequeñas poblaciones que se están viendo revitalizadas por familias jóvenes que ven en el teletrabajo una oportunidad para establecerse en entornos mucho más tranquilos, con mejor calidad de vida que las ciudades, sin sacrificar su actividad profesional. También representa una oportunidad para esas mismas poblaciones, que ven florecer algunas iniciativas de emprendimiento local vinculadas a la innovación tecnológica en su agricultura y ganadería. 

 

 

¿Y el futuro? Qué esperar de los próximos años

Mirando hacia el futuro, las tecnologías de telecomunicaciones seguirán evolucionando para hacer la conectividad más accesible y asequible. Algunas tendencias prometedoras incluyen: 

 

Redes híbridas:

La combinación de tecnologías, como fibra óptica, 5G e internet satelital, permitirá crear redes más eficientes y adaptables a diferentes entornos. Por ejemplo, una comunidad podría recibir señal satelital en puntos centrales y distribuirla localmente mediante redes inalámbricas. 

 

Redes comunitarias:

Iniciativas de redes gestionadas localmente, apoyadas por gobiernos o empresas privadas, están ganando tracción. Estas redes permiten a comunidades rurales construir y operar su propia infraestructura de telecomunicaciones, reduciendo costos y aumentando la sostenibilidad. 

 

Inteligencia artificial (IA) y automatización:

La IA puede optimizar el uso de recursos en redes rurales, priorizando aplicaciones críticas y ajustando el ancho de banda según la demanda. Esto es especialmente útil en áreas donde los recursos de conectividad son limitados. 

 

Satélites más avanzados:

La próxima generación de satélites de órbita baja será más económica y eficiente, lo que reducirá los costos para los usuarios finales y ampliará aún más el alcance de la conectividad satelital. 



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