18 Dic La seguridad pública y cómo el 5G puede potenciar las comunicaciones
Cualquier sociedad requiere de una buena administración pública para prosperar y funcionar adecuadamente. Y, a su vez, un ingrediente elemental para cualquier administración pública es la calidad de la información de la que dispone. Y también lo que hace con ella. La influencia en este terreno de la revolución tecnológica desde finales del siglo pasado es evidente.
Pero las administraciones públicas se enfrentan a retos crecientes relacionados con la tecnología, la información y los datos: un big data en progresión prácticamente geométrica, una evolución de los dispositivos igual de acelerada, necesidad de respuesta en tiempo real, más demanda de interacción, dinámicas colaborativas en el ejercicio de la función pública, etc.
La conectividad 5G, en el centro del trabajo en seguridad del sector público.
El desarrollo de una conectividad 5G acorde a estas nuevas necesidades a través de las alianzas apropiadas del sector público con los actores conocedores del terreno pueden hacer que los retos que hay que afrontar sean asequibles de manera más ágil. De hecho, ya se manejan datos que hablan de cómo esta tecnología está impulsando un cambio de paradigma.
Según un estudio elaborado por Motorola Solutions, existen diversas tendencias que señalan en esta dirección: un 55% de los encuestados comparte información con su comunidad a través de redes sociales. Esto hace que los organismos de seguridad deban estar presentes. La ciudadanía, además, requiere mayor transparencia y una respuesta más rápida. El 96% de oficiales de policía, por ejemplo, busca en la tecnología más avanzada — entre la que se encuentra el 5G — un aliado para su labor diaria.
El mayor volumen de datos y el más frecuente uso del vídeo, por citar ejemplos didácticos, son una constante en el trabajo de los agentes de seguridad en situaciones de emergencia o conflictivas. Tanto para documentar denuncias o hechos delictivos de testigos, como para documentar en tiempo real el trabajo de los cuerpos de seguridad a través de cámaras personales o en las unidades móviles.
Respecto de la última medición, según este mismo estudio, un 27% más de los organismos públicos orientados a la seguridad — policía, servicios de urgencias médicas, bomberos, organismos ad hoc, etc. — ya recibe mensajes relativos a emergencias enviados por la ciudadanía en tiempo real desde sus smartphone.
Esto supone un incremento acumulado de casi el 300%. Está claro que disponer de una infraestructura de conectividad 5G que facilite un modo de «vigilancia y escucha» 24h – 7 días a la semana hará de las ciudades lugares más seguros.
La colaboración, el siguiente paso para sacar el máximo partido del 5G
Aunque los pasos adelante están siendo decididos para establecer la tecnología 5G como un aliado en la gestión de la seguridad en el contexto de las smart cities el día de mañana, aún es necesaria una mayor inversión en infraestructura, medios tecnológicos y soporte técnico.
Por otro lado, se hace necesario salvar dos de los principales escollos para los estamentos que se encargan de la seguridad pública: la interconexión y el establecimiento de una cultura colaborativa apoyada en soluciones tecnológicas. Aún es preciso que las distintas administraciones mejoren la operatividad de las administraciones públicas, para evitar así problemas jurisdiccionales y favorecer el trabajo en red de entidades pertenecientes a ciudades, regiones e incluso países diferentes.
El 5G transforma la vida de los usuarios de los servicios de emergencia, asistencia y seguridad en sus labores cotidianas. De igual modo puede asegurar que estos mismos servicios dispongan de todo lo necesario para enviar, recibir y gestionar enormes cantidades de datos sin demoras en situaciones críticas.
El 5G es el ingrediente principal a la hora de manejar información fiable de lo que ocurre en las calles en todo momento, así como a la hora de evitar escenarios no deseados o disponer de un canal fiable de comunicación operativa sólida y segura. Los servicios y productos de operadores neutros como lyntia pueden insertarse en las estrategias de gestión de la seguridad pública de las administraciones regionales y nacionales para configurar el escenario de ciudades inteligentes hacia el que nos encamina el siglo XXI.