10 Ago España, líder en conectividad de datos para teletrabajar
La crisis desatada por la COVID-19 ha supuesto un mazazo y un cambio disruptivo de paradigmas para el tejido productivo y laboral a nivel global. Y también para el marco en el que debe desarrollarse la actividad empresarial española.
La realidad del teletrabajo ha pasado a primer plano y, con todos los retos que conlleva, también supone una increíble oportunidad para mejorar las posiciones competitivas del empresariado nacional. ¿Está el país preparado para aprovechar esa oportunidad con garantías? ¿Puede la conectividad de datos española situarla en posiciones de liderazgo internacional en el campo del teletrabajo?
Sin duda, España dispone de las mejores condiciones para ello. De hecho, puede competir en igualdad de condiciones con potencias como Japón o Corea del Sur en términos de conectividad. Dispone de más de diez millones de conexiones Fiber To The Home (FTTH). Esto implica más puntos de acceso a Internet de altísima capacidad que los existentes en países europeos como Reino Unido, Italia, Alemania o Francia de manera combinada[1].
Los principales núcleos de población – las grandes ciudades – aglutinan más del 80% de las líneas fijas de banda ancha de 30 Mbps o más capacidad. Más de once millones de hogares españoles disponen de conexiones a Internet de alta velocidad – de 100 Mbps e incluso mayores –. Este escenario resulta el terreno idóneo para explotar al máximo todas las potencialidades que representa el teletrabajo.
Los grandes retos: la fibra óptica en la ‘España vaciada’ y una nueva cultura corporativa
A pesar de estas inmejorables condiciones de partida, el teletrabajo en la era post COVID-19 también cuenta con algunos retos. Por un lado, por la escasa penetración en la cultura corporativa de las dinámicas normalizadas de trabajo en remoto, así como de los recursos necesarios para el mismo. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) apenas un 36% de las PYMES españolas – con diez trabajadores en plantilla o menos – facilita acceso remoto a herramientas básicas como el correo electrónico, los documentos o al software de la empresa.
Esto hace que el 91,5% de los empleados españoles no trabaje de manera habitual fuera de sus oficinas o puestos de trabajo. Aunque la «nueva normalidad» puede modificar estas cifras de manera considerable, aún se requerirán importantes inversiones en infraestructuras de conectividad de datos y, sobre todo, una importante labor didáctica sobre los beneficios productivos y de optimización de recursos que supone el teletrabajo.
De hecho, sacar partido de una sólida red de conectividad de alta capacidad, más allá de los principales núcleos poblacionales, es la otra mitad de la ecuación en lo referido a los desafíos de España a corto y medio plazo. La denominada ‘España vaciada’ cuenta con las condiciones ideales para modificar los paradigmas del trabajo a distancia, disminuir los hábitos del «presentismo laboral» y cambiar para siempre la manera de entender y experimentar el trabajo.
Pero para ello la conectividad de datos resulta esencial. Sacar partido a los miles de kilómetros de fibra óptica disponible pero fuera de uso actualmente, podrá convertir a España en una auténtica potencia en conectividad y teletrabajo.
Establecer líneas estratégicas de colaboración, entre un operador de fibra oscura líder como lyntia y los distintos actores del sector de las comunicaciones es el paso lógico y más inteligente, en el marco de la «nueva normalidad». Los operadores de telefonía pueden extender su rango de acción, a través del FTTH y la tecnología 5G, a lugares de la geografía española donde aún existen infinidad de posibilidades de desarrollo de líneas de negocio.
La jugada más inteligente en estos momentos es aprovechar las oportunidades de conectividad de datos que ofrece la infraestructura española, Y, a través de las sinergias con un operador de fibra oscura, disponer de un mayor ancho de banda con el que ofrecer servicios de Internet de altísima capacidad. Así como garantizar que, con una fibra óptica de calidad, se pueden aprovechar todos los escenarios que plantea el teletrabajo con una mayor escala de desarrollo.