29 Sep Los efectos de la energía en la conectividad a Internet
Existen dos afirmaciones que definen claramente nuestra realidad, tanto a corto como a largo plazo. La primera es que de nuestra gestión responsable de la energía —así como de la apuesta por fuentes de energía renovables— depende nuestra supervivencia como especie y la supervivencia de nuestros ecosistemas en el planeta. La segunda es que la conectividad es imprescindible para el desarrollo humano, mirando hacia el futuro. Las conexiones de red y el consumo energético sostenible son, por tanto, los componentes de un binomio estratégico en el que ya se está trabajando desde hace años.
Conexiones de red gracias a la atmósfera
Una de las principales trabas de la tecnología en general y de la conectividad en particular está en el consumo energético de los distintos dispositivos, infraestructuras y desarrollos. Ya se está experimentando con una de las vías más innovadoras para disfrutar en el futuro de una conectividad que no comprometa los niveles de consumo energético y que se alimente de manera «limpia». Se trata de los iones atmosféricos.
Los iones atmosféricos son partículas, invisibles pero presentes en la atmósfera, que están cargadas eléctricamente. Estos iones se generan de manera natural, siempre y cuando se den determinadas condiciones climáticas, de presión barométrica o altitud por ejemplo, a través de procesos como la evaporación o la radiación. Aunque no es un fenómeno natural que resulte totalmente novedoso —Nikola Tesla ya experimentó con ellos en el siglo XIX— no han sido hasta contar con los avances de la tecnología actuales cuando ha sido posible considerar seriamente esta alternativa.
Se están haciendo pruebas para la obtención de iones atmosféricos en altura, con drones y globos aerostáticos; aún queda camino que recorrer, pero la posibilidad de disponer de conexiones de red y de energía limpia para otras aplicaciones con una huella energética reducida está en el horizonte de lo posible.
IoT para la gestión de energía gracias a la conexión de redes inalámbricas
Lo que sí está más cerca es la transformación del sector energético gracias a Internet of Things (IoT) o Internet de las cosas. Gracias a las integración de conectividad inalámbrica de dispositivos inteligentes en la denominada Internet de los objetos, ya es posible la gestión smart de centrales energéticas, tendidos y distribución. La conectividad hace posible que, sin intervención humana, la obtención y distribución energética sea más eficiente, barata y con menos pérdidas, ya que el proceso se monitoriza de manera permanente.
Además, mirando también hacia el futuro, IoT permitirá la integración de las fuentes y desarrollos de energía verde en las infraestructuras ya presentes de modo mucho más natural y menos «traumático». La gestión inteligente puede hacer de la transición energética un proceso mucho más fluido y con menos distorsiones, a la hora de cambiar de paradigma.
Pros y contras de la gestión energética a través de la conectividad inteligente.
Aunque las ventajas de la energía smart son incuestionables y su efecto en sectores de gran relevancia, como la Industria 4.0, no pueden negarse es cierto que la conectividad inalámbrica, además de la gestión energética inteligente a través de IoT, tiene un coste. Sobre todo en términos de oportunidad e inversión. La ventana de oportunidad es ahora, ya que la Industria 4.0 y la gestión inteligente de la energía no está implementada en su totalidad y da actualmente sus primeros pasos.
Pero este cambio de paradigma no puede cristalizar únicamente por la existencia de la conectividad inalámbrica, las conexiones de red de altísima capacidad o la robotización que representa IoT. Todo esto requiere una inversión. Una inyección económica de importancia, en muchos casos. Tanto la Unión Europea como distintos países dentro y fuera de ella están llevando a cabo políticas de apoyo público de las inversiones, pero la colaboración público privada tiene que ser un ingrediente sustancial y la apuesta por la transición energética y la conectividad de calidad, debe ser una apuesta decidida.