Históricamente, la principal preocupación de los desarrolladores tecnológicos ha sido sobre todo la funcionalidad: cualquier innovación era «buena» en la medida en la que era capaz de realizar un mayor número de tareas en un menor espacio de tiempo, para solucionar necesidades heterogéneas.

Sin embargo, desde que la portabilidad y la miniaturización cobraron importancia otro de los aspectos clave ha sido la eficiencia energética: todo lo anterior debe ser posible sin cables, en movimiento y durante un espacio de tiempo extenso.

Esto se hizo muy patente con la estandarización del 4G y aún lo es más con el 5G. La conectividad inalámbrica de calidad debe ir asociada a un consumo de batería razonable. De ambas ¿Cuál es la que necesita más recursos?

El 5G requiere un 11 % más de batería, según un estudio

La empresa norteamericana Ookla, que se dedica a estudiar la eficiencia de la conectividad de las redes, ha realizado recientemente un estudio cuyos datos reflejan que la tecnología inalámbrica 5G consume mucho antes que el 4G la batería de los dispositivos móviles. Aunque esta afirmación no pilla por sorpresa a nadie —la mayor demanda de energía del 5G respecto de su predecesora es bien conocida—, el informe aporta información mucho más precisa, asegurando que el incremento ronda el seis y el once por ciento.

Para valorar con solidez el consumo energético las comparativas se han realizado utilizando varios procesadores. El Qualcom Snapdragon 8 Gen 2 es el más eficiente en cuanto a rendimiento de la batería, incluso cuando se está utilizando 5G. Este chip consume un 31 % de energía en los dispositivos móviles con 5G y un 25 % en el caso del 4G. La diferencia es mucho mayor con chips de procesado como el Google Tensor: 40 % con 5G y 29 % con 4G.

Consejos para ahorrar batería en el móvil usando el 5G

Aunque tenemos que «lidiar» con el hecho de que el 5G consume antes los recursos energéticos de los teléfonos y tablets hay una serie de hábitos y prácticas que pueden ayudarnos a exprimir la batería unas horas más:

Desactiva el 5G si no es imprescindible

La búsqueda permanente de redes 5G alternativas para estar siempre conectado es uno de los procesos que más energía consume en los dispositivos móviles. Priorizar el 4G cuando no sea necesario el uso del 5G, incluso desconectar la conectividad móvil si no es absolutamente imprescindible puede incrementar notablemente la duración de la batería.

La pantalla y la vibración

Tener el brillo al máximo de forma permanente, utilizar juegos y aplicaciones con mucha demanda gráfica o realizar video llamadas con frecuencia drenará la batería rápidamente. La pantalla es la principal «vía de escape» energética de los dispositivos. Utiliza la gestión inteligente del brillo de pantalla o situala al mínimo, además de hacer un uso responsable de las APPs gráficas para incrementar la autonomía.

Por otro lado, la vibración también puede hacer que tu batería se agote más rápido. Desactiva la vibración de las notificaciones o de las pulsaciones de tecla del teclado, para dejarlo activo únicamente con las llamadas o con procesos a los que realmente debas prestar atención.

El segundo plano

Desactiva todas las aplicaciones que pueden estar funcionando en segundo plano, mientras el dispositivo está en reposo o realizando otras funciones. Esto puede acabar con tu batería en pocas horas, sobre todo si tienes varios procesos de actualización ejecutándose simultáneamente. Desactiva la opción de actualizar en segundo plano o activa la opción —si el teléfono o la tablet lo permite— de actualizar únicamente cuando estés conectado a una red Wi-Fi y a la red eléctrica con un cable.

Además de todos los consejos anteriores, si la duración de la batería y el uso del 5G son dos factores «innegociables» es recomendable que prestes atención al estado de salud general de la batería, a los ciclos de carga y al tiempo de vida útil de la misma. Los sistemas operativos de Apple cuentan con una aplicación para ver esa información de forma nativa. En Android deberás hacer uso de una APP de terceros. Por otro lado, tener a mano una Powerbank portátil de calidad puede solventar una «crisis» energética en el momento más inapropiado si estás en movimiento.