La importancia del diseño sostenible en nuevos data centres

En plena era de la transformación digital, la inteligencia artificial y el Internet de las Cosas, la demanda de procesamiento y almacenamiento de datos se dispara exponencialmente. En el corazón de esta revolución se encuentran los data centers, infraestructuras críticas que, sin embargo, consumen una cantidad ingente de energía. Ante este panorama, la sostenibilidad ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad imperativa en el diseño y operación de estos centros.

 

La construcción y gestión de data centers sostenibles no es solo una cuestión de responsabilidad ambiental, sino también una estrategia inteligente que impacta directamente en la eficiencia operativa y la viabilidad a largo plazo. Para los proveedores de servicios y las operadoras que dependen de estas instalaciones, comprender las claves del diseño sostenible es fundamental.

 

Los cimientos de la eficiencia: la arquitectura y el diseño

La sostenibilidad empieza en la mesa de diseño. La arquitectura de los nuevos data centers se enfoca en optimizar cada metro cuadrado y cada vatio consumido. Esto incluye desde la orientación del edificio para aprovechar condiciones climáticas hasta el uso de materiales de construcción de bajo impacto ambiental y alto aislamiento. La implementación de diseños modulares permite escalar la infraestructura de forma eficiente, adaptándose a la demanda sin sobre dimensionar y malgastar recursos energéticos desde el inicio. La gestión inteligente del flujo de aire, mediante la separación de pasillos fríos y calientes, es ya un estándar para minimizar el esfuerzo de los sistemas de climatización.

 

Por otro lado, uno de los mayores consumos energéticos en un data center proviene de los sistemas de refrigeración necesarios para mantener los equipos operando a temperaturas óptimas. La innovación en este campo es crucial para la sostenibilidad. Ya existen alternativas bastante eficientes energéticamente, técnicas como el free cooling aprovechando el aire exterior frío, la refrigeración líquida, ya sea directa al chip o por inmersión, o los sistemas adiabáticos o de refrigeración evaporativa, que ofrecen alternativas mucho más eficientes que los aires acondicionados tradicionales —a pesar del elevado consumo de agua de esta última, por ejemplo—. Estas tecnologías no solo reducen drásticamente el consumo eléctrico, sino que también permiten una mayor densidad de equipos.

 

No habrá data centers sostenibles sin energías verdes

El compromiso con la sostenibilidad pasa ineludiblemente por la fuente de energía. Los data centers más avanzados están migrando hacia el uso masivo de energías renovables. Esto se logra mediante la instalación de paneles solares en sitio, la firma de Acuerdos de Compra de Energía —PPAs— a largo plazo con productores de energía eólica o solar, o la adquisición de certificados de energía renovable. El objetivo es reducir la huella de carbono y acercarse a una operativa neutra en emisiones.

 

Las certificaciones, una garantía de compromiso sostenible

 

Para validar las prácticas sostenibles, existen certificaciones reconocidas internacionalmente. Estándares como LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) evalúan la sostenibilidad del edificio en su conjunto, mientras que normativas como la ISO 14001 (Gestión Ambiental) o la ISO 50001 (Gestión de la Energía) certifican los procesos operativos. Obtener estas certificaciones no solo demuestra un compromiso real, sino que también ofrece garantías a clientes y socios sobre la eficiencia y responsabilidad del data center.

 

¿Cuál es el objetivo de todos estos esfuerzos y estrategias? La búsqueda de modelos de data centers con cero emisiones netas. Esto implica una combinación de máxima eficiencia energética, uso exclusivo de renovables y, en algunos casos, tecnologías de captura de carbono o compensación de emisiones.

 

El impacto en las redes de telecomunicaciones es directo. Un data center diseñado bajo principios de sostenibilidad es inherentemente más eficiente y resiliente. Una mejor gestión térmica reduce fallos de hardware, asegurando mayor disponibilidad. El menor consumo energético puede traducirse en costes operativos más predecibles. Además, para las operadoras y proveedores de servicios, contar con socios cuyos data centers son sostenibles refuerza su propia imagen de marca y cumple con las crecientes exigencias de responsabilidad corporativa de sus propios clientes.



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