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21 Feb Redes híbridas: el puente entre la conectividad tradicional y las tecnologías emergentes
Por mucho que avance la tecnología, ninguna innovación o novedad se impone de un día para otro y sustituyendo a su predecesora al cien por cien. No estamos hablando de accionar un interruptor. La mayor parte de las veces distintos desarrollos tecnológicos coexisten, hasta que la tecnología más avanzada y conveniente termina de imponerse, a fuerza de un uso progresivamente más intensivo. En el área de al conectividad podemos hablar de las redes híbridas como un ejemplo de esto.
¿Cómo se definen las redes híbridas?
Como su propio nombre indica, una red híbrida combina distintas modalidades de conectividad en una misma estructura: puede presentar conexiones de fibra óptica, LTE, Wi-Fi y 5G. El objetivo de implementar una red de estas características es doble: por un lado, garantizar la conectividad en todo momento, sin importar las condiciones coyunturales que acompañen el acceso de los usuarios.
Por otro, aprovechar las virtudes de cada tecnología de conectividad al máximo, haciendo hincapié en los puntos fuertes de cada una, para que la experiencia de conexión sea rápida, fiable, estable y segura, al mismo tiempo que flexible y dinámica para adaptarse a distintas situaciones.
Es habitual, tanto en entornos empresariales como en redes domésticas. Un pequeño negocio, por ejemplo, puede disponer de fibra óptica para su conectividad principal y para sostener la actividad diaria y, al mismo tiempo, contar con una red 5G como respaldo. En este caso diríamos que ese negocio está utilizando una red híbrida.
Así impactan las redes híbridas en las tecnologías emergentes
Tener casi garantizada una conectividad de calidad a través de las redes híbridas, sin importar cuáles sean las condiciones que rodeen a una estructura de telecomunicaciones, supone toda una ventaja para aquellos desarrollos tecnológicos que, en este momento, están marcando tendencia y abriendo camino.
Internet de las cosas
Estar rodeados de dispositivos de distintas características y funcionalidades, que están permanentemente conectados a la red —que es de lo que hablamos, en realidad, cuando hacemos referencia a IoT— hace nuestra vida mucho más fácil.
Contar con una red híbrida garantiza que todos esos dispositivos, sean inalámbricos o cableados, grandes o pequeños, requieran de mucho flujo de datos o no, tengan acceso a la red de manera continua y sin interrupción. Tanto en entornos industriales como domésticos, esto asegura procesos y automatizaciones mucho más orgánicos, fluidos y eficientes.
Edge Computing
La principal característica de las redes de edge computing es que los datos no tienen que alojarse en un entorno cloud para su tratamiento, sino que son procesados cerca del origen de ese flujo de información. Esto impacta positivamente en una latencia menor y una seguridad algo más robusta. Utilizar redes híbridas para este tipo de procesamiento garantiza una experiencia de usuario fluida e interacciones mucho más «orgánicas», con respuestas más rápidas.
Las redes híbridas y la ciberseguridad
Este tipo de redes heterogéneas también tienen un efecto beneficioso en áreas como la ciberseguridad. Conectividad sin interrupción equivale a vigilancia permanente. Esto se traduce en sistemas de control de acceso, vigilancia, alarmas y sistemas de protección que están funcionando sin descanso, gracias a las redes híbridas, y que no permiten vulnerabilidades en un sistema de telecomunicaciones durante un corte inesperado en el flujo de datos o una «caída» de la señal de Internet.
Más que de un tipo específico de tecnología, las redes híbridas nos remiten a un ecosistema de sistemas de conectividad que construyen un entramado con muchas caras y características, cuyo único objetivo es garantizar que nuestro acceso a Internet no se vea interrumpido en ningún momento, por muy demandante que sea una red determinada. Esto —las altas prestaciones de los sistemas de conectividad— es algo que ya forma parte de nuestro día a día, por lo que las redes híbridas tienen todas las papeletas para ser protagonistas en un futuro, hasta convertirse en el estándar habitual.