Fibra óptica y redes 5G: El camino hacia una conectividad más sostenible

En una sociedad hiperconectada que, además, no hace sino avanzar hacia un grado mayor de interdependencia tecnológica, los retos se multiplican. Desde hace años, no se trata únicamente de compartir información de manera rápida, fiable y segura. La conectividad también mira de reojo hacia la sostenibilidad, pues sin la una no puede subsistir la otra. En ese camino compartido, tecnologías como la fibra óptica y el 5G aspiran a ejercer un papel muy relevante en un futuro cercano. 

 

 

Las razones para la primacía de la fibra óptica: eficiencia y sostenibilidad

 Sin ninguna duda, a la hora de hablar de conectividad, una de las protagonistas indiscutibles es la fibra óptica, que se ha erigido en una especie de estándar oficioso en la transmisión cableada de datos. ¿Por qué esta supremacía? Principalmente porque se pueden enviar datos a una velocidad realmente alta, sin pérdida de información o energía y con una estabilidad desconocida en los tiempos del cable de cobre. 

 

Es precisamente esta eficiencia en el terreno de la energía lo que la hace un medio de conectividad enormemente sostenible, mientras que traslada al cliente final una experiencia de usuario realmente satisfactoria, hasta el punto de hacerle «olvidar» prácticamente que la fibra óptica está haciendo su trabajo, dada la velocidad de respuesta y la consistencia de las conexiones. A pesar de que una instalación de fibra óptica desde cero podría parecer relativamente costosa, los beneficios a largo plazo hacen que la comparación de gastos sea poco menos que anecdótica. 

 

 

El 5G es la tecnología verde del futuro

 Sin invalidar ninguno de los puntos expresados anteriormente sobre la fibra óptica, hay que reconocer que el paradigma de la tecnología de conectividad de finales del S.XX y los años siguientes está ligado inevitablemente a lo inalámbrico y a la movilidad. Es precisamente por eso por lo que la posible «reina consorte» tecnológica junto a la citada fibra sea el 5G. No solo promete velocidades aún más altas y latencias insignificantes; también está concebida desde el inicio pensando en la sostenibilidad. 

 

Un informe reciente de la GSMA destaca que las redes 5G consumen hasta un 90 % menos de energía por unidad de datos transmitida en comparación con el 4G. Esto es posible gracias a tecnologías como el apagado dinámico de antenas y la asignación inteligente de recursos según la demanda en tiempo real. 

 

En 2024, la adopción del 5G continuó expandiéndose de manera rápida, con nuevas implementaciones que destacan por su integración con energías renovables y el uso de materiales reciclables en los equipos. Esto refuerza su posición como la opción más ecológica para la conectividad móvil del futuro. 

 

Evolución de la tecnología 5G en 2024

 

 Desde su lanzamiento inicial, el 5G ha evolucionado lenta pero significativamente y sin descanso. En sus primeros años, las redes 5G se concentraron en ofrecer mejoras de velocidad y capacidad. Podemos afirmar que el camino recorrido ha sido largo y en 2024 su enfoque ha cambiado hacia la creación de ecosistemas inteligentes. 

 

Hoy en día, el 5G impulsa ciudades inteligentes —o los primeros ecosistemas imprescindibles para hacerlas posibles—, vehículos autónomos y redes industriales avanzadas, convirtiéndose en el motor de la transformación digital. Además, las actualizaciones continuas en infraestructura están facilitando el acceso a comunidades rurales, reduciendo la brecha digital y promoviendo una conectividad más inclusiva. 

 

Por lo expuesto hasta ahora podemos afirmar que la fibra óptica y el 5G no solo no van a competir entre sí por una supremacía que nadie está buscando; en realidad son los aliados perfectos para alcanzar el objetivo soñado de la conectividad total en todo el planeta, sin que para ello haya que sacrificar recursos energéticos o arrasar con el Medio Ambiente. 

 

 

Algunos consejos para ahorrar en conectividad

Los principales implicados en la reducción del impacto en sostenibilidad de las tecnologías de conexión son las operadoras y otros actores de gran dimensión de la industria. No obstante, no está de más optar por algunas prácticas de sentido común para lograr un ahorro notable en conectividad: elegir un plan que combine fibra óptica y 5G, utilizar herramientas inteligentes para optimizar el uso de datos a las necesidades reales o aprovechar subvenciones, ayudas y ofertas puntuales son algunas de ellas. 



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