29 Nov Conectar las ciudades con tecnología sostenible y alta eficiencia
En muchas obras de ciencia ficción, tanto de la literatura como del cine, se representa el mejor escenario posible del futuro en la forma de ciudades utópicas: urbes eficientes dominadas por la tecnología, limpias y ordenadas, sin contaminación, ni caos, desigualdad , delitos o pobreza.
Ciudades que son gestionadas de forma automatizada mientras sus habitantes se centran en vivir bien o en cultivar sus distintas aspiraciones e inclinaciones. Quizás estemos un poco lejos de esa Arcadia tecnológica, pero gracias a los avances en conectividad no es tan descabellado planteárselo. Siempre y cuando logremos aunar eficiencia y sostenibilidad. ¿Cómo hacerlo?
La conectividad (y la tecnología) no es nada si no resulta útil
Esa ha sido una de las máximas que podrían resumir las conclusiones del IV Congreso de la Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI), celebrado en Madrid hace escasas semanas. La premisa básica es que cualquier avance en conectividad, automatización, implementación de IA o gestión energética, por ejemplo, debe estar dirigida al bienestar y la calidad de vida de las personas.
En esta cita se reunieron cincuenta alcaldes de todo el país, además de más de ciento setenta ponentes y ciento cincuenta representantes políticos de ámbito local y regional, de la universidad y el sector privado. Todos coincidieron en las mismas líneas básicas: hay que prestar más atención a la sostenibilidad y el consumo energético que actúa sobre una red cada vez más tensionada. También es necesario hacer uso del tráfico de Big Data para tomar decisiones estratégicas, apostar por la movilidad sostenible automatizada y digitalizar lo máximo y lo mejor posible la mayor cantidad de servicios públicos, hasta lograr un país conectado y eficiente, «prestando atención a las decisiones de lo grande y lo pequeño», según aseguraron los asistentes
Aprovechar la IA y los gemelos inteligentes para ser eficientes
Una de las mejores maneras de planificar con sentido estratégico antes de tomar decisiones es realizar simulaciones con gemelos digitales o representaciones virtuales, asistidas por inteligencia artificial, del sistema, infraestructura, servicio o proceso a transformar con la digitalización. Esto puede utilizarse, por ejemplo, para la gestión del tráfico, la gestión y cobro de tributos, la recogida y tratamiento de residuos o la gestión automatizada de servicios urbanos.
El ojo puesto sobre la sostenibilidad
Las ciudades ya lidian con un problema severo relacionado con los residuos y el impacto ambiental de la vida urbana. En el mundo se generan cada año 2010 millones de toneladas de residuos municipales sólidos. Si a esto sumamos el considerable consumo energético que conlleva la computerización y automatización, el funcionamiento de la IA o la gestión y tráfico de datos es evidente que la adopción de la energía verde no es una alternativa a seguir, sino un imperativo urgente.
También la racionalización del consumo energético resulta importante para las smart cities. La gestión inteligente de alumbrado —que activa las luminarias solo cuando son necesarias—, la edificación de construcciones inteligentes, capaces de gestionar automáticamente la energía que consumen y producen, o el despliegue de pulmones naturales, que actúen como «sumideros de emisiones» resulta de una importancia capital para que la conectividad y la sostenibilidad no entren en conflicto, sino que trabajen de manera coordinada y paralela.
Los responsables públicos y los actores del sector privado empiezan a colaborar de manera seria y con la vista puesta en el futuro, para lograr que el sueño de las ciudades inteligentes no se convierta en una pesadilla medioambiental.