Conectividad inteligente impulsada por el Internet de las Cosas (IoT) y la fibra óptica

Hace unos años los conceptos de conectividad inteligente o de Internet de las Cosas —IoT por sus siglas en inglés— se manejaban en círculos relativamente reducidos. Cuando se trataba de explicar su importancia y potencial fuera de esos círculos, netamente tecnológicos, no demasiada gente tomaba plena conciencia de lo capital que era y sigue siendo para nuestro futuro.

 

Por suerte esa realidad ha cambiado y la generalización de la fibra óptica como estándar de conectividad, además de la implantación de tecnologías inalámbricas como el 5G o la conexión satelital, ha disminuido la distancia de comprensión y aplicación de estas tecnologías por parte de amplios sectores de la sociedad, para hacer de la conectividad inteligente y el IoT dos compañeros de viaje mucho más habituales en diferentes ámbitos.

 

 

Qué es la conectividad inteligente

El término conectividad inteligente hace referencia a una realidad donde intervienen diversas tecnologías —como la fibra óptica y conectividades inalámbricas como el 5G o el satélite— en conjunción con el flujo de datos, la automatización, la robotización, la inteligencia artificial o los nuevos materiales.

 

Allí donde la conectividad inteligente pueda aplicarse ésta contribuye a que se vea incrementado el desarrollo, la interacción entre dispositivos, la productividad y la eficiencia, la seguridad y la velocidad de respuesta en ámbitos tan variopintos como la salud pública, la gestión energética, la regulación de infraestructuras, el transporte, las comunicaciones, la educación o la actividad empresarial en distintos mercados.

 

 

Algunos ejemplos de conectividad inteligente

Ya es muy normal que los asistentes virtuales como Amazon Alexa o Google Home estén presentes en muchos hogares. Cualquiera de estos asistentes ya puede conectarse hoy en día con electrodomésticos smart en una casa, responder a órdenes como encender y apagar las luces, hacer un pedido online en un supermercado, si detecta la ausencia en la nevera de determinados productos o controlar las persianas o la música ambiental durante una fiesta. Esto es un claro ejemplo de conectividad inteligente.

 

Otro ejemplo puede ser el de una smart band o smart watch que se conecta directamente con un centro sanitario o con los servicios de emergencia si detecta valores anómalos en la frecuencia cardíaca de la persona que lo porta. O la capacidad de un Hospital de solicitar o enviar todo un historial médico de una persona a otra ciudad o a otro país con un solo clic.

 

 

El importante papel de la fibra óptica en la conectividad inteligente

Por supuesto, la existencia de cada vez más dispositivos con capacidad para conectarse a Internet y también entre ellos, desde vehículos hasta gafas de sol hará que, paulatinamente, Internet de las Cosas forme parte de manera natural de nuestra vida cotidiana. Pero no será posible sin la «piedra de toque» que da coherencia y sentido a todo el sistema: la fibra óptica.

 

Es el ancho de banda, la solidez estructural, la latencia baja, la seguridad y la velocidad de transmisión de la fibra óptica lo que permite que podamos contemplar un presente conectado, además de un futuro próximo donde la conectividad inteligente haga nuestra vida mejor.

 

Si bien la fibra óptica lleva más tiempo entre nosotros como socio tecnológico de preferencia, es un desarrollo equilibrado de todas las tecnologías que intervienen, lo que hará que la conectividad inteligente sea un apoyo en todos aquellos ámbitos y escenarios donde pueda aplicarse. A favor de la normalización de la conectividad inteligente está el hecho de que, además del mundo corporativo, muchos sectores productivos importantes, como la Industria 4.0 o la gestión energética están apostando por este modelo tecnológico. Con suerte pronto podremos extraer de la conectividad e interoperatividad todos los beneficios posibles.



This site is registered on wpml.org as a development site. Switch to a production site key to remove this banner.