¿Podrías vivir sin la comodidad, ventajas y avances que favorece la tecnología actual en lo relativo a las telecomunicaciones? Seguramente, no. Pero, para disfrutar de todo esto, ¿Estarías dispuesto a facilitar información privada, sensible, a permitir que invadan tu espacio personal, tus círculos cercanos, tus finanzas o tus secretos más íntimos? La respuesta también es ‘No’, ¿Cierto?

Porque no existe auténtica libertad tecnológica, ni en telecomunicaciones, ni en ningún otro contexto, si no existe privacidad del usuario. De salvaguardarla se encarga la seguridad cibernética.

Qué es la seguridad cibernética

La seguridad cibernética o ciberseguridad comprende un conjunto de varios elementos —procesos, dispositivos de hardware, elementos de software, hábitos y prácticas— que están orientados a proteger la integridad de los sistemas informáticos.

Esto implica garantizar que, tanto los procesos y las aplicaciones que permiten el funcionamiento de estos sistemas como la información que contienen, sean inaccesibles para elementos ajenos a ese sistema; también que no puedan verse comprometidos por ninguna acción no deseada, interna o externa, sea esta intencionada o no.

La ciberseguridad en las telecomunicaciones

Un altísimo porcentaje de interacciones tecnológicas —por no decir que todas— tienen que ver con el trasvase de información entre usuarios, es decir, compete a las telecomunicaciones.

Para proteger la seguridad cibernética y la privacidad de usuario se usan medidas como la encriptación de datos, el seguimiento o la monitorización de amenazas, la investigación de posibles amenazas futuras, la habilitación de procesos para verificar la identidad o la puesta en marcha de «cortafuegos» y «muros» de protección con lenguajes de programación, aplicaciones y dispositivos pensados específicamente para la seguridad.

Si pensamos en cualquier comunicación digital como un hilo, es en los extremos del mismo, es decir, en el terreno del usuario, donde hay que tener más precaución. Porque el error humano es el principal propiciador de vulnerabilidades.

La toma de conciencia de potenciales fragilidades en los sistemas, la formación continua en la materia y una actitud vigilante —no paranoica— y conducida por el sentido común suelen ser un potente refuerzo en la seguridad cibernética. En telecomunicaciones y en cualquier terreno. También legislaciones completas, estrictas en los castigos pero flexibles ante los continuos cambios del mundo tecnológico, son un buen apoyo.

Qué hacer ante una crisis en materia de seguridad cibernética

Ninguna medida de seguridad es 100 % efectiva. Ante un posible caso de ataque cibernético, suplantación de identidad o similar conviene contar con un protocolo previamente diseñado para contingencias de ese tipo que contemple:

• Identificar la posible amenaza
• Localizar y cuantificar el daño o la pérdida de información
• Notificar a las partes afectadas
• Poner en marcha medidas correctivas y/o disuasorias
• Realizar pruebas para verificar la solidez del sistema tas la aplicación de las anteriores medidas
• Tratar de recuperar la información perdida, si procede, a través del acceso a copias de seguridad realizadas de manera regular con anterioridad a la crisis.

Qué perfiles busca el mercado de las telecomunicaciones

Será mucho más fácil implementar todas las medidas citadas más arriba si contamos con un perfil especializado en seguridad cibernética o, cuando menos, con la mayor cantidad posible de conocimientos del área.

El mercado de las telecomunicaciones siempre recibirá como un activo de alto valor a aquellas personas que tengan una formación académica y práctica sólida en tecnologías de la información, seguridad informática, lenguajes de programación y encriptación, ingeniería de sistemas o seguridad de la información. De manera ideal, una combinación de todas las anteriores.

Además, es especialmente valiosa la capacidad de cualquier experto en seguridad cibernética para el análisis, una habilidad superior a la media en materia de resolución de problemas en situaciones de presión y cierta facilidad para el pensamiento lateral y creativo, pues es así como se idean y ponen en marcha los diferentes ataques y amenazas por parte de hackers y crackers, que es contra quienes tendrá que luchar.