Estrategias para reducir el consumo de energía en infraestructuras de teleco

Desgraciadamente, el calentamiento global y la crisis ambiental que desencadena no es un fenómeno que responda a una sola causa. A pesar de su enorme complejidad, cualquier política, estrategia y acción que contribuya a la sostenibilidad se presenta como de enorme importancia para reducir el impacto de este calentamiento. Y la industria de las TIC es responsable de entre el 2% y el 3% del consumo global de energía, según datos recientes de Gartner. La optimización del consumo energético y la sostenibilidad del sector es de un peso estratégico incuestionable.

 

 

Apostar por la sostenibilidad en las fuentes de energía

 

Aunque pueda parecer obvio, una de las principales estrategias para reducir el consumo energético en el sector de las telecomunicaciones y contribuir en la reducción de la huella de carbono es apostar por fuentes de energía verdes. Integrar paneles fotovoltaicos en los despliegues e infraestructuras tecnológicas de comunicaciones —también otras alternativas como la eólica o la biomasa, por ejemplo— puede reflejarse en un beneficio directo. Según la Agencia Internacional de Energía en uno de sus informes, usar fuentes de energía renovables en los centros de datos implicaría una reducción mínima del 80% en las emisiones de carbono asociadas.

 

 

Gestión de temperaturas

 

Si al uso de energías limpias sumamos la monitorización y gestión eficiente de temperaturas, que suele ser elevada en centros de datos, salas de servidores, etc., el consumo energético también puede reducirse entre un 10% y un 12%, según la misma fuente. Utilizar sistemas de refrigeración de equipos innovadores, a través de la inmersión o la gestión automatizada de temperatura ambiente puede resultar una solución de la que sacar beneficios de sostenibilidad maximizados.

 

Monitorizar de forma inteligente el consumo y el uso de energía

 

Otra de las ventajas estratégicas en la política energética está en la automatización. Gracias a la robotización y al uso de agentes operados por inteligencia artificial es posible controlar en tiempo real cuánta energía se está usando en cada momento, además de cómo se está utilizando, si existen picos y valles en las gráficas de consumo o si es necesaria la intervención de fuentes externas.

 

Una de las claves de las políticas de sostenibilidad está, no solo en el aspecto cualitativo de la energía y su origen, sino en la optimización a la hora de aplicarla en infraestructuras de telecomunicaciones. Además de lo anterior, hay una serie de prácticas que pueden contribuir a un consumo energético mucho más eficiente y, por tanto, ambientalmente más responsable:

 

  • Optimizar el hardware. Es común que, conforme se incrementa la complejidad de los equipos y las necesidades en el sector, el hardware consuma progresivamente más cantidad de energía. Pero también es normal que, para responder a esta necesidad, el hardware más moderno sea energéticamente más eficiente. Las infraestructuras de telecomunicaciones requieren, por tanto, la implementación de equipamiento actualizado.
  • Servidores virtuales. Utilizar servidores sin soporte físico, es decir virtualizados en la nube, elimina muchos de los condicionantes de sostenibilidad de los que hemos hablado más arriba —consumos en centros de datos, temperaturas elevadas que deben ser refrigeradas, etc.—, por lo que la tecnología cloud puede ser un gran aliado para racionalizar el uso de energía.
  • Redes diseñadas para la sostenibilidad. Antes de implementar cualquier infraestructura de telecomunicaciones es conveniente planear las características físicas de ese despliegue, garantizando que las distancias de transmisión, los repetidores y otros elementos que intervienen en las redes de comunicación estén pensadas para optimizar el flujo de datos y evitando pérdidas de señal. A mayor eficiencia menor consumo energético.


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