03 Mar El metaverso y las gafas de realidad virtual: una tendencia en empresas
Si existe hoy por hoy alguien a quien no le suene, al menos, el término «metaverso» es porque ha estado oculto en un búnker los últimos tres años. El metaverso es, sin lugar a dudas, the new next thing en el mundo de la tecnología, la comunicación, los dispositivos e Internet en general. Y todo apunta a que también en el mundo de las empresas, aunque en este último caso en forma de tendencia aún algo dubitativa y con varios matices, como ahora veremos.
Pero ¿Qué demonios es el metaverso?
Esta pregunta, aparentemente sencilla y lógica, es la que trae más quebraderos de cabeza. Resumiendo y simplificando mucho podemos establecer que el metaverso es un entorno digital en tres dimensiones, muy parecido al mundo «real», donde los usuarios, a través de personificaciones o «avatares» que los representan pueden desarrollar distintas acciones.
Hilando un poco más fino podemos establecer que no existe un único metaverso, sino varios y que, en el futuro es probable que todos —o muchos de ellos— terminen interconectados entre sí. Hay muchísimos ejemplos de entornos virtuales que recrean una realidad desde hace años; los videojuegos son el ejemplo más claro, aunque no el único. Second Life fue uno de los intentos de proto metaverso más destacados, en los primeros 2000. Pero el concepto de metaverso actual pretende una experiencia mucho más inmersiva que entonces por parte del usuario, a través de un periférico dedicado: las gafas de realidad virtual.
El metaverso de Zuckerberg y el papel de las empresas
Fue el creador de Facebook quien decidió cambiar el nombre de esta compañía por el de Meta y apostar en 2021 casi todo su capital corporativo en el metaverso. Desde entonces los procesos de digitalización miran hacia la realidad virtual. A Meta le han acompañado otras gigantes como Microsoft, Apple, Amazon o actores de peso del ocio digital, como Riot Games o Epic Games. Todas ellas están desarrollando sus propias estrategias e implementando distintas acciones dirigidas al metaverso, aunque sigue siendo Mark Zuckerberg quien marca el paso, jugándoselo todo a una carta.
El mundo corporativo quiere, pero… Según McKinsey, en 2022 se destinaron 120 billones de dólares a desarrollar el metaverso y la cifra continúa ascendiendo. Empresas de distintos sectores ven por dónde sopla el viento y quieren subirse al barco antes de que esté demasiado lejos de la costa; pero no todas son capaces de entender qué supone e invertir en consecuencia.
Un informe reciente de la escuela de negocios ISDI sobre el estado del metaverso en España refleja que los procesos de digitalización en muchos sectores aún van con retraso: el 50% de los encuestados en el informe afirma saber «muy poco» sobre el metaverso, el 40% no sabe cómo integrarlo en su organización, un 23% reconoce dificultades para entender el término y un 14% no sabe, ni lo que es ni cómo aplicarlo en su sector.
¿Alguien ha dicho metaverso? Ponga unas gafas RV en su empresa
A pesar de estas lógicas dificultades —todos los cambios de paradigma tecnológicos las sufren— los beneficios para el mundo corporativo del metaverso y la realidad virtual son varios: se están aplicando sobre todo en el ámbito del desarrollo de marca y en dinámicas de trabajo remoto, respaldado por experiencias positivas durante la pandemia.
Pero aún hay más y, el hecho de que las gafas de realidad virtual sean mucho más accesibles y funcionales hoy que hace años puede abrir la puerta a las empresas, para implementar su uso en la actividad diaria: mejorar la comunicación interna y externa, adaptar procesos personalizados a departamentos específicos, crear espacios propios, desarrollar estrategias innovadoras de relación con los clientes o combinar metaverso con inteligencia artificial son sólo algunas de las opciones que, al menos sobre el papel, son infinitas. Los sectores del turismo, la salud y la educación son los más activos e inquietos en la exploración de las posibilidades del metaverso. Pero, ni son los únicos, ni serán los últimos.