Impulsar las energías renovables para reducir las emisiones de carbono

Reducir a cero las emisiones de carbono a nivel mundial para mitad de siglo puede parecer un objetivo global demasiado ambicioso. Sin embargo, más de ciento treinta países — sus gobiernos y sus empresas más importantes — están ya elaborando planes estratégicos nacionales para cambiar el paradigma de consumo energético con esa meta en el horizonte. Se pretende llegar a 2050 sin emisiones de CO2, además de reducir en lo posible la huella ecológica de las energías más contaminantes.

 

Para ello es indispensable aumentar el protagonismo de las energías renovables, modificar y potenciar sus infraestructuras e introducir cambios paulatinos en los hábitos de consumo energético mundialmente. De manera paralela a las acciones recogidas en los Acuerdos de París, la Organización de Naciones Unidas (ONU) diseña hojas de ruta, que son adaptadas y orientadas, según las realidades y condicionantes de cada país, así como según las fuentes de energía renovables con más relevancia en cada uno de ellos.

 

 

Las empresas se comprometen con el ‘horizonte zero’ de emisiones de carbono

Según un informe elaborado por la Unidad de Inteligencia de Energía y Clima (ECIU) junto a Oxford Next Zero, una quinta parte de las dos mil empresas más importantes del planeta ya cuenta actualmente con compromisos netos cero, en lo relativo a las emisiones de carbono. Además, por encima del 60% de los países a escala mundial también se han sumado como estados a ese objetivo. No obstante, en el citado informe se recuerda que es imprescindible que empresas privadas, gobiernos y naciones elaboren planes a corto plazo para reducir las emisiones carbónicas y apostar por las energías renovables desde ya mismo.

 

Por citar el ejemplo español, en 2020 se redujo la cantidad de CO2 emitido en catorce millones de toneladas. En el año anterior la reducción se tradujo en un 27%. Según afirma Red Eléctrica, las emisiones del sistema eléctrico nacional en su conjunto se han reducido en treinta millones de toneladas.

 

Esta caída se debe, por un lado, al aumento de producción con fuentes de energía renovables en un 12,9%. Por otro lado, debido a la sustitución de la generación de carbón por gas — más limpio — y, por último, debido a la reducción de la demanda eléctrica en aproximadamente el 5,7% motivado por el descenso de actividad relacionado con la pandemia. A pesar de estas cifras positivas, España quiere «aumentar la apuesta», en consonancia con esas hojas de ruta planteadas por la ONU y la UE.

 

 

La apuesta española por las energías renovables para 2030: el PNIEC

El ejecutivo español presentó a inicios del año 2020 el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) como su estrategia unificada y coordinada para acercar el horizonte de cero emisiones de carbono y establecer un primer hito a medio plazo en 2030. En el citado plan se pretende «actualizar y facilitar el cumplimiento de los objetivos planteados por la Unión Europea» al respecto, que son:

 

  • Reducción del 40% de gases de efecto invernadero (GEI) respecto de las emisiones de 1990
  • Utilización del 32% de fuentes de energía renovables sobre el consumo total de energía final bruta
  • Una mejora de la eficiencia energética del 32,5%
  • Interconexión energética de los estados miembros al menos en un 15%

 

Para alcanzar estas metas — o aproximarse lo más posible en 2030 — el PNIEC pretende:

 

  • La descarbonización de la economía y el avance en las energías renovables hasta alcanzar un protagonismo del 42%
  • La mejora en la eficiencia energética hasta llegar a un 29,5% — por encima del 32,5% recomendado por la UE —.
  • La seguridad energética, reduciendo la dependencia e importación de combustibles fósiles, diversificando las fuentes de energía y suministro, flexibilizando el sistema energético nacional y elaborando planes de reacción ante posibles limitaciones o interrupciones del suministro.
  • Aumentar la competitividad del mercado interior de energía, mejorando las interconexiones energéticas con Portugal y con Francia.
  • Apostar por el I+D+i, según se recoge en el Plan Estratégico de Tecnologías Energéticas (SET-Plan)
  • Aumentar la inversión para lograr los objetivos del PNIEC por encima de los 240.000 millones de euros entre 2021 y 2030

 

Aunque los retos de futuro que se plantean a nivel mundial con la eficiencia energética y las energías renovables no son pequeños ni simples, el compromiso de todas las partes implicadas es evidente. Un mañana dominado por la energía limpia y por un respeto generalizado por nuestro ecosistema no sólo es posible, sino que ya forma parte de las estrategias de país a lo largo y ancho del planeta.



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