Quienes están diseñando las ciudades del mañana se enfrentan a diversos y complejos problemas: gestión de residuos, eficiencia energética, edificios inteligentes, etc. Sin embargo, dos de los retos más acuciantes — y que están relacionados, además — son el aumento de la población y el incremento notable del tráfico de vehículos prácticamente en todos los puntos del planeta.

Para lograr una movilidad sostenible, inteligente y segura, la fabricación de automóviles conectados y con ayudas a la conducción está dando cada vez pasos más decididos. La conducción autónoma también está avanzando muchísimo, aunque aún le faltan algunas etapas de desarrollo para convertirse en el estándar en el mundo del motor.

Sobre todo porque la presencia de coches con posibilidad de «conducirse solos» debe estar acompañada por un desarrollo adecuado de las infraestructuras en las que estos se desplegarán, que es donde el 5G puede jugar un importante papel.

La conectividad 5G, el big data y la conducción inteligente

El desarrollo de las posibilidades que contemplan las smart highways abre las puertas a un mundo totalmente nuevo. Autopistas que recargan coches eléctricos mientras circulan, sensores de temperatura y presión, señalización visual inteligente o asfalto auto reparable son solo algunas de las opciones de futuro.

No todas resultan igual de realistas o cercanas, pero algunas son lo suficientemente prometedoras como para que la Unión Europea ya les esté prestando atención. El proyecto Fabric, por ejemplo, está centrado en la fabricación de autopistas con sistemas que posibiliten la carga de las baterías de los coches eléctricos sin que estos tengan que detenerse un segundo, lo que favorecería enormemente su uso generalizado.

Probablemente, la línea de desarrollo tecnológico más prometedora y más viable a corto plazo sea la implementación del big data en la gestión del flujo circulatorio. Gracias a la existencia de un mayor número de vehículos «inteligentes» hoy ya es posible recabar datos para tener una panorámica general en tiempo real del estado de las carreteras y el tráfico. Los sistemas de comunicación y geolocalización de los vehículos permiten — y aún lo harán más en el futuro —  comunicación instantánea con los responsables de transportes y también con otros coches.

Algo que puede terminar con la pesadilla de todo conductor: los atascos. Y también con una lacra histórica de la conducción por carretera: los accidentes. En un futuro muy cercano, la transferencia de volúmenes de datos muchísimo mayores permitirá conocer el estado mecánico de los vehículos en todo momento, así como su velocidad y recorrido en tiempo real, lo que prevendrá averías y facilitará la gestión y aplicación de sanciones por exceso de velocidad o por la comisión de infracciones.

Para que el big data sea una herramienta útil es necesario extender lo máximo posible una red 5G que permita la transmisión de estos datos de manera fluida, estable y segura a lo largo de muchos kilómetros de carretera, en zonas de difícil acceso y en puntos relativamente remotos. Muchos países ya están teniendo en cuenta este escenario. Según el portal especializado esmartcity.es, España invertirá 883 millones de euros en 5G en el año 2021, dentro de su estrategia España Digital 2025.

La importancia del 5G en la transformación digital

Este aspecto de la movilidad inteligente es, como hemos dicho, solo uno de los asuntos a tener en cuenta dentro del desarrollo de los modelos de habitabilidad y gestión que plantean las ciudades inteligentes. No obstante, para asegurarnos un futuro más cómodo, sostenible y seguro hay que empezar a trabajar en las soluciones desde hoy mismo.

lyntia comparte esta ilusión por afrontar los apasionantes retos del mañana y, con ello, conseguir para todas las ciudades del mundo un futuro más respetuoso con el medio ambiente y con la preservación de nuestro planeta, además de con unas formas de vida más y mejor adaptadas a la realidad del mundo globalizado.

Nuestra experiencia y capacidad para la implantación de tecnología 5G, Internet satelital y redes de fibra óptica nos sitúa como un socio preferente, a la hora de utilizar a la tecnología como aliado del futuro y como «palanca de acción» para la transformación digital del presente.